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domingo, 21 de abril de 2013

Demasiados ''Abriles'' para tan poca ''Primavera''

A veces te levantas con ganas de cambiar el mundo. Entonces sales a la calle y piensas que lo que pasa es que el mundo está demasiado cambiado.

Abril vuelve a pasar por la misma ciudad de siempre y pone punto y final a las líneas que empezaron por caminos gallegos en años mejores. Otro saco más lleno de recuerdos que se va a mi rincón.

Tengo que admitir que las ganas de seguir adelante nunca faltaron hasta que se quedaron sólo en eso, ganas.
Todas esas historias que dolían tanto que eran imposibles de olvidar, sueños que fuimos olvidando porque dejamos de sonreír y lo cambiamos por dejar llover en las pestañas muy de vez en cuando.

Quizá es que siempre llegué a deshora y a mi corazón no le dio tiempo a acostumbrarse. O que el chico de la sudadera color azul eléctrico vio que estaba demasiado rota y que ya no se podían coser tantas cicatrices a medio abrir.

A veces me gustaría empezar de nuevo, volver a encontrarnos como si nada y prometernos que esta noche nos comeríamos las estrellas una a una.
Pero ya sabes - y por imposible que parezca -, han llovido pianos.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Corazón de repuesto.

Ultimo domingo de noviembre. Y no tiene ganas de nada, menos de ti.

A su lado, comentarios sobre jugadas de voleibol; en su cabeza, recuerdos.

Por la ventanilla del coche pasan rápido árboles y molinos que tienen las mismas ganas de todo que ella.

Las decepciones siguen aumentando y aún queda mucha carretera por delante.

Sonreír todo el tiempo no vale de nada cuando se pierde en sus pensamientos y sus pestañas acaban pagándolo caro.

De vez en cuando se pasea por el rincón de los recuerdos solo por ver si encuentra el corazón que se quedo allí hace unos meses. A veces, la veo con ganas de salir al mundo pero la puerta siempre acaba por no abrirse, entonces vuelven las semanas rotas en dos y ahí ya no hay trocito de ''rock and roll'' que pueda juntarlas.

Cada jueves bebe de más para acordarse de menos. Cree que pintarse los labios de rojo y subirse el ánimo con 13 centímetros de tacón iba a ser suficiente.

Pero beberse la noche en chupitos de vodka no hace olvidar... Ni siquiera a los corazones de repuesto.